Apariciones en Medios

Name: Miriam, 36 años
Rating: 5

Miriam, 36 años

Testimonio de experiencia quiropráctica y coaching.
Lo que más me gusta de Roser es la cercanía, la paz que transmite, la empatía que tiene y el ambiente familiar de la consulta. Sus manos y su sabiduría son destacables. Trabajar con ella despierta paz en tu interior así como salud. Mi situación era principalmente no saber gestionar el estrés en mi cuerpo y mente y con las sesiones, además de no tener dolor de cabeza en los 3 años que llevo aquí, me ha ayudado a controlar el estrés y conocer mi cuerpo. Recomiendo la quiropráctica a todo el mundo, y es que no nos damos cuenta que es una gran inversión en salud. Me gustaría añadir que da gusto venir y que te atiendan como las personas que trabajan con Roser. Hay un servicio excelente y personas profesionales a su alrededor.

Roser, 76 años

Testimonio de experiencia quiropráctica y coaching. Soy Roser, como ella, y tengo 76 años. Roser es fantástica. No sé que haría sin ella y su equipo tan alegre. Acudí a ella en 2015 para mejorar mi bienestar y mi estado de ánimo, acababa de quedarme viuda. Estoy jubilada, y ir a verla me produce bienestar y tranquilidad diaria. ¡Se lo recomiendo a todo el mundo! ¡Gracias Roser!

Cristina, 68 años

Testimonio de experiencia quiropráctica y coaching.
Lo que más me ha gustado de Roser es su constante actitud positiva, la técnica que tiene y su empatía. Transmite seguridad a la vez que mucho cariño. Hace 6 años que vengo y mis vértigos han desaparecido, estoy más animada y mi estado general ha mejorado mucho. Lo que más destaco es la entrega total y absoluta durante el ajuste y la conexión que se crea durante la sesión. Los resultados son geniales. Recomiendo la quiropráctica sin dudarlo, sé que los que vengan se verán favorecidos. ¡Estoy encantada de la atención personal y profesional de Roser de Tienda y su equipo!

Alfons, 51 años

Testimonio de experiencia quiropráctica.
Son muchas las cosas que me han gustado o sorprendido del trabajo de Roser; su atención, dedicación y simpatía, la personalidad del centro, la seriedad que muestran y los buenos resultados. Hace dos años que vine por primera vez con dos hernias discales que me querían operar en Can Ruti, y aún están esperando a que vaya. He conseguido un equilibrio entre el dolor y la funcionalidad de mi cuerpo gracias a Roser, es un trabajo constante. Creo que este trabajo, la quiropráctica, no se conoce suficiente ni está valorado cómo se merece por la clase médica. Recomiendo sus servicios a todas las personas, todos tendrían que probar cómo funciona, ¡y adelante! ¡Gracias equipo!

Elisabet, 57 años

Testimonio de experiencia quiropráctica. Lo que más me gusta de Roser es su empatía y alegría. Antes era menos consciente de mi cuerpo y he aprendido a tener consciencia. Recomiendo la quiropráctica a todo el mundo sobretodo si quieres prevenir el dolor y mantenerte bien, que son los motivos por los que yo vengo. Destaco de Roser el tratamiento integral de todo el cuerpo: mente y físico.

Julia, 18 años

Testimonio de experiencia quiropráctica. Mi cuerpo ha hecho un cambio y mi actitud también. He entendido la importancia de la conexión con mi cuerpo. Me ha sorprendido mucho como sin decir nada Roser sabe encontrar el dolor y la causa de él. Vengo desde hace 7 meses y mi situación era sobre todo mala postura y dolores cervicales. Ya no están. Recomiendo la quiropráctica a todos, y con Roser en especial. Su eficacia en trabajar y tratar tu cuerpo individualmente, conocerte con solo saber cómo se encuentran tus vértebras y encontrar el problema y solucionarlo es genial.

Anna, 19 años

Testimonio de experiencia quiropráctica. Ir al Centre Quiropràctic l’Olivera con Roser no es como ir a un doctor de cabecera y tener un diagnóstico genérico. Ella trata directamente al paciente como lo haría una buena amiga o una familiar cercana.
Antes no podía correr ni mucho menos caminar más de una hora sin tener dolor lumbar. Ahora puedo caminar sin dolor y empiezo a volver a correr cómoda.
Considero que todos deberíamos ir al quiropráctico para ponernos en orden por dentro.