‘Marcos no mama bien’, me dice una mami, paciente de Centre Quiropràctic l’Olivera.
Uno de mis casos favoritos es el de un bebé que se llama Marcos. Ajusto desde hace mucho tiempo a su mamá, y he compartido con ella la alegría de su primer embarazo, los ajustes boca abajo en nuestras super camillas maternales. Las risas con los cojines para los pechos sensibles, las dudas, los últimos días de alegría y estrés… ¡Lo normal porque todas las madres hemos pasado por una subida y bajada continua de emociones durante el embarazo!
Como siempre, recibimos la noticia del nacimiento de Marcos vía WhatsApp en el teléfono de la consulta y ¡era un bebé precioso! Y quedamos en que en cuanto pudieran venir a ajustarse la mamá y él, vendrían a por su primer ajuste. Hasta aquí, una maternidad de lo más normal.
Al tercer día de nacer Marcos, les dieron el alta del hospital y felices se fueron para casa a empezar con ese período feliz -pero tan cansado- del postparto. El bebé se cogió muy bien al pecho, pero al cuarto día empezó a mamar mucho menos y con lo tranquilo que parecía, pronto lloraba todo el tiempo.
El pediatra dijo que estaba perdiendo peso y que parecía que no succionaba bien, que habría que empezar a darle biberones para hacerle la succión más fácil y que no perdiera más peso.
La mamá estaba muy sorprendida con esa noticia y se estresó tanto, que adelantó su visita quiropráctica para ver si con un ajuste se empezaba a encontrar mejor.
En cuanto llegó a la consulta hicimos el historial maternal postparto, y me contó que Marcos había nacido con dos vueltas del cordón umbilical.
Al hacerle la primera visita al bebé y chequear su columna vertebral me di cuenta de que sus cervicales superiores -región atlanto-occipital- estaba mal colocada debido a la presión del cordón durante el embarazo, su crecimiento uterino y el esfuerzo del parto.
Durante todo ese tiempo -9 meses- hasta el expulsivo, el bebé había tenido el cordón apretándole el cuello y dificultando su nacimiento.
Es bastante normal que los pacientes no piensen en el quiropráctico cuando un bebé o un niño tienen problemas de cualquier índole. Pero la suerte es que la mamá vino porque ella necesitaba ajustarse y aunque pensaba en traer al bebé, no relacionó lo que le estaba pasando a la hora de succionar bien el pecho, con algo que el quiropráctico pudiera solucionar.
Siempre os digo, que cuando os pase algo, lo que sea, me lo contéis. Porque la quiropráctica tiene muchas soluciones para un montón de cosas, que a priori no relacionáis pero que tienen que ver con el sistema nervioso y la posición de las vértebras.
Ajusté a Marcos -bajo la atenta mirada de su mamá- que no sabía que había técnicas tan suaves para los bebés, ni que fuera tan importante revisarles la columna vertebral después de nacer. A los pocos minutos del ajuste, le dije que volviera a ponerse a su bebé al pecho.
Hicimos una clase de coaching maternal para la lactancia y corregimos algunas posturas de enganche correcto del pezón, para que no entrara aire y minimizar los cólicos. Y en cinco minutos Marcos había dejado de llorar y estaba mamando como si no hubiera un mañana.
Su mamá lloraba, le sabía mal no haber pensado antes en venir con él, en ver si la quiropráctica podía ayudarle. Estaba sorprendidísima de ver el efecto que puede llegar a tener las vértebras en la laxitud del bebé y en su poca energía para succionar.
Os quería contar este caso, porque es algo que ocurre muchas veces. Estáis super encantados con vuestro cuidado quiropráctico, no os saltáis ninguna visita, hacéis todo lo que os recomendamos y estáis estupendos, pero os pasa algo de salud diferente al dolor de espalda o de cabeza, y no pensáis en que la quiropráctica pueda daros una solución. O hace mil años que venís, pero vuestros niños, sobrinos o nietos, nunca han venido a ver si crece bien su columna vertebral y si eso tiene que ver en si es un niño tranquilo, si anda bien, si se concentra haciendo tareas, si enferma a menudo…
Y es que, cuando el cerebro no recibe la buena información, el cuerpo deja de funcionar bien. y eso hace que otros órganos o sistemas del cuerpo se debiliten y empecen a tener problemas de salud variados. O a veces hay problemas de nutrición, porque nos olvidamos de que somos lo que comemos o no sabemos qué darles de comer si no se encuentran bien, o para ayudarles a optimizar su sistema inmunitario más rápido.
Incluso nos pasa a nosotros, que nos falta hidratación porque ahora que llega el verano no nos apetece beber agua, nos gusta más cualquier otra cosa fresquita que nos quite el calor y eso puede repercutir en el aumento de inflamación o retención de líquidos.
Al ajustar al bebé, enseguida recuperó la succión -porque viene dada de fábrica- y sólo le hacía falta posicionar bien sus vértebras para que su recién estrenado sistema nervioso funcionara a tope con toda su energía.
Nuestro cerebro lo controla todo, así que la próxima vez que te pase algo piensa en contármelo ¡seguro que podremos orientarte o ayudarte a solucionarlo!
Espero verte en mi consulta,
Un abrazo!
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