La fibromialgia es un síndrome altamente complejo que cursa con dolor de forma crónica y generalizada, junto a una amplia variedad de otros síntomas y signos. Por ejemplo la fatiga, la depresión o el colon irritable, entre otros. Dentro de algunos de estos síntomas, se ha descrito una asociación con diversos problemas anímicos, significativamente mayor que en el resto de la población. Como es la depresión; un 68% de los pacientes diagnosticados de fibromialgia padecen depresión en algún momento de su evolución.
Según la Sociedad Española de Reumatología (SER), se calcula que entre el 2% y el 4% de la población española la padece, siendo diagnosticado en mujeres en un 90%.
Existen varios estudios en los que afirman que la fibromialgia es consecuencia de los trastornos afectivos, ya que éstos preceden a la enfermedad.
Según un estudio realizado por Goldemberg, describen la fibromialgia como una consecuencia de la depresión. Es decir, que la depresión precede en la mayoría de los casos a la fibromialgia e incluso aparecen antecedentes familiares de depresión.
En 1992 los doctores Hudson y Pope hicieron un estudio que describe tres hipótesis diferentes:
- La fibromialgia como una manifestación de la depresión,
- La depresión como una consecuencia de la fibromialgia,
- Y la existencia de anormalidades fisiopatológicas comunes a ambas patologías.
Clínica de los trastornos psiquiátricos en la fibromialgia
La depresión como síndrome comprende una serie de síntomas, que pueden variar en cuanto a presencia y a intensidad, en función del paciente. Los síntomas básicos son:
- Síntomas afectivos: tristeza patológica o humor depresivo. Se caracteriza por un sentimiento negativo, desagradable, displacentero, que a veces resulta difícil de expresar, e incluso de percibir. En ocasiones esta tristeza puede quedar enmascarada por la sintomatología restante, como podría ser el caso de los pacientes con fibromialgia, en los que es más frecuente la presencia de somatizaciones que un humor realmente deprimido. Otros síntomas afectivos que pueden presentarse son: disforia (ánimo depresivo con sensación de malestar general, mostrándose irritados, enfadados, pesimistas), anhedonia (disminución o incapacidad para obtener placer), ansiedad y angustia, irritabilidad, apatía.
- Síntomas cognitivos: puede aparecer un enlentecimiento del curso del pensamiento (bradipsiquia). El contenido del pensamiento se caracteriza por ser negativista, pesimista, con excesivas preocupaciones y rumiaciones negativas y desagradables. Pueden aparecer sentimientos de desesperanza, inutilidad, baja autoestima, que suele remitir al mejorar el estado del ánimo.
- Síntomas somáticos: en el caso de pacientes con enfermedades médicas, suelen ser los síntomas que con mayor frecuencia aparecen.
Distinguiremos entre:
- Trastornos vegetativos: destaca la astenia y fatigabilidad, lo que produce una falta global de vitalidad, sobre todo en las primeras horas del día. Aparecen cefaleas atípicas, trastornos digestivos (pérdida de apetito o bulimia, sequedad de boca, dispepsias, alteraciones del ritmo intestinal), pérdida de la libido (pérdida de interés sexual, impotencia por falta de erección o frigidez), y trastornos del equilibrio (como vértigos).
- Trastornos de los ritmos vitales: alteración del ritmo circadiano actividad-descanso (se pueden presentar dos patrones, uno en el que el paciente se encuentra peor por la mañana, y se produce mejoría vespertina, o viceversa), cambios en el ritmo del sueño (suele aparecer insomnio de mantenimiento, con lo que el paciente presenta somnolencia diurna y sueño no reparador), en el ritmo estacional (el patrón más frecuente es el empeoramiento o recaída en primavera y otoño, sobre todo en el cambio de estación).
Dentro de estos síntomas, sería difícil diferenciar si son realmente síntomas somáticos debidos a la alteración del humor o a la fibromialgia, ya que en estos pacientes pueden aparecer estas alteraciones sin necesidad de que exista depresión, como son las alteraciones del sueño o los dolores musculares y articulares. Para ello es necesario realizar una cuidadosa historia clínica y psiquiátrica prestando adecuada atención a los antecedentes previos y a la evolución de la enfermedad. En estos casos sería de gran utilidad la información aportada por los familiares.
¿Motivos de la fibromialgia?
En la fibromialgia la clínica depresiva suele derivar de diversos motivos, ya que estos pacientes tardan un período de tiempo entre la aparición de los síntomas y el diagnóstico. Por lo que pasan por una fase de incomprensión, vacío, en el que ni profesionales ni familiares comprenden lo que les ocurre. Muchos pacientes se han sentido incomprendidos porque les ha costado obtener un diagnóstico de una enfermedad que todos pensaban que era, en muchos casos, imaginaria.
A esto se le unen las dificultades en la vida diaria debidas a la propia clínica de la fibromialgia. Tampoco podemos descartar que sean dos procesos independientes que se solapan en el tiempo. Por lo que como hemos citado anteriormente, es necesario realizar un historial exhaustivo.
Dentro de los trastornos de ansiedad, las crisis de angustia se dan con mayor frecuencia en la fibromialgia que en la población general. Se manifiesta con síntomas como aprensión, miedo o terror, junto con manifestaciones físicas, que van desde síntomas cardiovasculares y respiratorios hasta molestias abdominales, pasando por sensación de mareo, sudación, temblor, hormigueos y escalofríos. Suelen ser reactivas a situaciones ambientales, tales como la dificultad, frustración o sentimientos de incapacidad que puedan presentar.
¿Qué tratar primero: las emociones o el dolor físico?
Cuando una persona tiene un diagnóstico de fibromialgia, la atención que necesita es la de un equipo multidisciplinar. Y que éste abarque desde la terapia física hasta la emocional. Porque no va a mejorar sólo con antidepresivos y analgésicos. Es importante que este equipo esté formado por:
- Doctor en Quiropráctica. Visitar a un especialista que nos haga un buen historial holístico, es decir integral, para saber dónde está la causa del problema y pueda ajustar las interferencias que hay en el sistema nervioso para optimizar la recuperación y mantenerla en el tiempo, conectando nuestro sistema emocional a nuestro sistema corporal.
- Endocrino. Que pueda ajustar las deficiencias que tenga nuestro organismo para complementarlas con la nutrición y los suplementos vitamínicos adecuados.
- Masaje o fisioterapia. Para ganar movilidad si las articulaciones están muy rígidas.
- Psicoterapeuta. Buscar un psicólogo clínico que realice la técnica de EMDR (Eye Movement Desensibilization and Reprocesing Technique), para desensibilizar la amígdala cerebral y eliminar las emociones asociadas a los eventos traumáticos sabidos o por descubrir.
- Psiquiatra. Que pueda ofrecer un tratamiento adecuado mientras se soluciona todo lo descrito anteriormente.
Entonces,
Los trastornos psiquiátricos derivados de estas son patologías que se asocian con gran prevalencia en los pacientes fibromiálgicos. Y más concretamente la depresión y la ansiedad. Con mecanismos etiopatogénicos comunes y pudiendo ser causa, comorbilidad o consecuencia de la misma. Su aparición cronifica y empeora el curso y la evolución de la enfermedad. Aunque en la actualidad se utilizan tratamientos antidepresivos para mejorar la calidad de vida de estos pacientes. Así como como terapias psicológicas en los que la mejora de la ansiedad mejora la sintomatología dolorosa.
Para los terapeutas, estos pacientes representan un reto. Y es que más allá de la patología clínica, debemos hacer un ejercicio de clínica humanística. Ayudar a los pacientes bajo una aproximación empática, cariñosa y sincera. Que comprendan que los seres humanos somos la unión indisoluble de mente y cuerpo. Y que no podemos estar bien si nuestra manera de funcionar es estudiada y diagnosticada por partes. Observar al paciente como un todo indisoluble. Y en estos casos de forma multidisciplinar. Eso nos ayudará a tener éxito ayudándoles a vivir con calidad de vida, funcionando cada día un poco mejor.
Gracias bonitos por leerme, cualquier duda podéis escribirme o venir a verme a la consulta.
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